El elevado tiempo de maduración de esta variedad, junto a su excelente adaptación a terrenos extremos, se traduce en azúcares finos y asentados que producen sabores dulces y picantes, intensamente vegetales y terrosos pero sin resultar abrumadores.
Para elaborar una botella requerimos unos 25 kg de agave. Dependiendo de si es época de lluvias o seca, es fermentado entre 4 y 6 días en barricas de pino y posteriormente destilado dos veces en alambique de cobre. La primera destilación u ordinaria, puede alcanzar el 30% de Alc. Vol.
El maguey tepeztate es con probabilidad el más interesante de los agaves. Es una de las variedades más longevas, ya que vive aproximadamente de 15 a 25 años, y prefiere desarrollarse en suelos secos y a poca profundidad, preferiblemente entre rocas y colgando sus pencas. Sus pencas son anchas y retorcidas en su nacimiento y tienen una pequeña ondulación en la punta.
Al ser un agave endémico mexicano, y más específicamente de Oaxaca, su crecimiento y reproducción se limita a las selvas bajas y los matorrales de la Sierra Madre del Sur, desde el extremo oriental del río Balsas hasta el Istmo de Tehuantepec. Su principal singularidad es su largo tiempo de maduración, de entre 25 y 35 años.