Cada detalle de la botella de Grulani es un homenaje tanto a la imaginería de nuestros antepasados mexicanos como a la cultura y tradición del mezcal en nuestra tierra. El resultado es una sugerente y elegante presentación, tan mexicana como universal, a la altura del selecto contenido. Inspirada en el arte zapoteca más épico y ancestral, las curvas características de las vasijas que moldeaban artesanalmente nuestros ancestros han sido reinterpretadas en una pieza de alto diseño y absoluta singularidad.
Un proceso 100% artesanal
Nuestras botellas son moldeadas en el municipio de Tlaquepaque, Jalisco, mediante la técnica de vidrio artesanal reciclado y semisoplado. Además del vidrio, los demás materiales que componen la botella se utilizan en algún momento del ciclo de elaboración del mezcal: la base y el tapón son de la misma madera empleada en nuestros hornos, y las etiquetas son impresas sobre papel hecho de fibra de maguey.
El proceso de elaboración es totalmente artesanal. El vidrio reciclado, fundamentalmente proveniente de botellas de refrescos, se introduce en hornos de ladrillo refractario de alta carga de alúmina. Estos hornos están construidos en forma de bóveda y alcanzan una temperatura de 1200 grados. Para ello se utilizan bloques de ladrillos de arcilla y fibra cerámica, que aíslan el horno del exterior para no desaprovechar su alto poder calórico.
Esta forma de trabajar representa la fuerte tradición que hay en nuestra región por el vidrio soplado
En el proceso de fabricación intervienen en primer lugar los horneros, que se encargan de fundir el vidrio reciclado que recibimos, y el sacador, cuya función es extraer de manera natural el vidrio fundido en la calidad y cantidad justa para crear la forma de nuestra botella. Una vez extraído el vidrio necesario, se introduce en el molde de la botella de Grulani, y el cortador separa la pieza de vidrio fundido sobrante. Con el vidrio dentro del molde, el soplador cierra la cavidad e inyecta la cantidad de gas exacta para modelar la forma y adaptarla a la volumetría exacta de la botella. Los pasadores trasladan las botellas aún incandescentes hasta la zona de reposado de vidrio, donde el arquero las coloca ordenadamente una a una, para que atemperen su temperatura gradualmente y no se produzca ninguna fisura en el proceso de templado. Este proceso es crítico a la hora de obtener nuestras botellas: deben reposar a 500 grados durante 18 horas.
Esta forma compleja, totalmente artesanal y tradicional de trabajar representa la fuerte tradición que hay en nuestra región por el vidrio soplado, y garantiza que cada botella de Grulani sea una pieza única e irrepetible.
El tapón, elegancia y protección
El tapón es un elemento fundamental en el envasado de mezcal. Al tratarse de una bebida de alta graduación alcohólica, la preservación y el sellado tiene que ser perfecta, de manera que impida la evaporación del alcohol y que a su vez sea un elemento de seguridad para su traslado y uso cotidiano. Para su producción, el tipo de madera utilizada es esencial: una madera blanda o porosa como la de pino, no desempeñaría correctamente su doble función de sellado y protección.
Los tapones de Grulani se fabrican en Tlaquepaque, Jalisco. Son un diseño exclusivo y están fabricados en madera blanca de fresno, ideal para nuestra botella, sin tratamientos ni aditivos estéticos como el barniz, y se complementan con un corcho sintético, para cumplir estrictamente con la aprobación de la FDA. Esta parte es sintética ya que no puede presentar porosidad debido al grado alcóholico del mezcal y no puede ser natural porque podría “teñir” el líquido al contacto con el mismo.
Con la misma madera de fresno que fabricamos los tapones, tallamos la elegante base zapoteca que irá incluida en las presentaciones premium. Un pedestal único para realzar la belleza de la botella y su espíritu más orgánico y artesanal. La base permanecerá siempre sobre la superficie y simboliza la permanente conexión de cada botella con nuestras raíces ancestrales, inamovibles e intransmutables.
Etiquetas de fibra de maguey
La etiqueta de Grulani está fabricada con papel 100% orgánico, extraído del bagazo, los residuos vegetales del proceso de destilación de nuestros mezcales. Su producción se realiza en San Agustín Etla, Oaxaca, donde las fibras son tratadas de manera totalmente artesanal para la obtención del papel texturado de fibra de ixtle. El proceso de impresión es también artesanal, mediante la técnica de la serigrafía por capas.